Meditación
Meditación del sonido primordial.
Proveniente de la tradición védica hinduista. Se basa en inducir un estado de trance mediante la repetición de sonidos, generalmente en la forma de un mantra: una frase o palabra cuya repetición permite la relajación e interiorización del estado meditativo.
Meditación Vipassana.
La meditación budista tradicional, rebautizada en occidente con el nombre de “mindfulness” o atención plena. Consiste en centrar la atención en la respiración del individuo para descartar cualquier otro estímulo y permitir que los pensamientos fluyan sin aferrarse a ninguno.
Meditación Zen (Zazen).
Semejante a la Vipassana, pero centra su atención en la respiración en el vientre, en lugar de la nariz, consiste también en la atención plena del momento para observar los propios pensamientos sin extraviarse en ellos, cobrando consciencia del modo en que se piensa o se percibe el mundo real.
Meditacion Metta.
Conocida como el “Amor benevolente”, se inspira en una tradición específica del budismo tibetano, que hace énfasis en los sentimientos de compasión, empatía, aceptación y positividad.
Meditación Kundalini.
Se fundamenta en la creencia en la energía Kundalini, situada en la base de la columna vertebral del cuerpo humano, la cual tendría que “despertarse” para acceder a la iluminación. Esto se puede lograr mediante mantras, respiraciones, mudras (gestos manuales) y cánticos.
Meditación Chakra.
La meditación Chakra, como su nombre lo indica, busca activar los centros energéticos del cuerpo humano, conocidos como “Chakras” en la tradición filosófica y médica oriental. A cada punto energético le corresponde una práctica meditativa y una serie de estímulos (colores, olores, movimientos, etc.).
Meditación Tonglen:
Una forma de meditación más “oscura”, que propone al individuo conectar con su propio sufrimiento para enfrentarlo y superarlo. Sin embargo, el modo de hacerlo es a través de la objetividad y la neutralidad, sin conectar con los sufrimientos, sino observándolos y aceptándolos.
Propósito
El propósito fundamental de la meditación es ganar consciencia sobre el funcionamiento de la propia mente y de quiénes somos. Es decir, interrumpir el flujo cotidiano de los pensamientos, deseos y pulsiones. De esta manera puede mirarse la propia vida y la propia mente como objetos ajenos, como si no formáramos parte de ella.
Sólo de esa forma puede obtenerse algo semejante a la verdad propia. Para ello deben acallarse las emociones, y debe prestarse una atención plena a lo que ocurre alrededor, lo que se piensa, lo que se siente, sin perder nunca la compostura.
Se recomienda
Relajación.
Vestir ropas cómodas, en un ambiente propicio para la concentración y la intimidad, de manera de poder hacer un alto temporal en la vida cotidiana. Hay que liberarse de zapatos, relojes y otras prendas ajustadas o que te transmitan control.
Respiración.
La meditación puede ser acostado, sentado o de pie, pero generalmente implica un ejercicio de respiración recurrente y serena, que transmita al cuerpo y a la mente un estado de pausa, de calma y de serenidad.
Atención enfocada.
Como el objetivo no es dormirse, la atención debe estar enfocada en algo: la respiración misma, un mantra que se recita, una mandala que se dibuja, o simplemente un objeto elegido del mundo real.
Aceptación de los pensamientos.
La meditación no busca el control de los pensamientos, sino la renuncia al control: la aceptación de lo que aparece en la mente y la liberación, dejar que el pensamiento fluya, tratando de tener la mente en blanco o tratando de simplemente ser testigo de lo que se piensa.
Fuente:
Meditación” en Wikipedia.
“Los 8 tipos de meditación y sus características” en Psicología y Mente.
“Características principales de la meditación” en Study Buddhism.
“Beneficios de la meditación” en El Arte de Vivir.